El aprendizaje es un proceso complejo que involucra distintos procesos cognitivos, emocionales y sociales.
En este artículo vamos a ver distintos tipos de aprendizaje y cómo los puedes potenciar en tu alumnado.
Aprendizaje asociativo
Se basa en la asociación entre estímulos y respuestas. Puede dividirse entre condicionamiento clásico y condicionamiento operante. Mientras en el primero se asocian dos estímulos, en el segundo se asocia una conducta y una consecuencia.
Este tipo de aprendizaje es útil si quieres que tu alumnado desarrolle habilidades o comportamientos. En este sentido, solo tendrías que darles un refuerzo positivo cuando realicen alguna acción que quieres potenciar.
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Aprendizaje no asociativo
Se trata de un cambio en el comportamiento debido a la exposición del alumnado a un único estímulo o evento. Este tipo de aprendizaje se puede clasificar en dos tipos: la habituación y la sensibilización.
La habituación es un proceso por el que se reduce la respuesta a un estímulo después de una exposición repetida. Por ejemplo, las agujas de un reloj. En un primer momento pueden notarse, para después dejar de percibirlas.
La sensibilización sería el opuesto, ya que se aumenta la respuesta ante la exposición repetida. Continuando con el ejemplo, algunas personas pueden acabar respondiendo de manera más intensa al sonido de las agujas.
A la hora de aprovechar este aprendizaje en el aula, puedes exponer a tu alumnado a un estímulo para que se habitúe a él, o generar un ambiente cómodo para que mejore su rendimiento.
Aprendizajes cooperativo y colaborativo
Se tratan de enfoques de enseñanza basados en el trabajo conjunto del alumnado para lograr un objetivo común. Fomentan la colaboración, interacción e intercambio de información y conocimientos.
Se basan en la responsabilidad individual y grupal, la interdependencia positiva, la retroalimentación, la interacción social y la reflexión. Todos estos principios se aplican mediante estrategias como el trabajo en equipo, el aprendizaje basado en proyectos, por pares, o mediante juegos de rol o simulaciones.
Estos aprendizajes fomentan la motivación y compromiso del alumnado, ya que les permite desarrollar sentido de pertenencia y participación activa en el aprendizaje, además de estimular sus habilidades sociales. Incluimos en este último apartado una buena comunicación, el proceso de toma de decisiones grupal, resolución de conflictos y trabajo en equipo en general.
Además, permiten mejorar el pensamiento crítico y la resolución de problemas, y potenciando la comprensión y retención del conocimiento.
Si quieres fomentar este tipo de aprendizaje, es muy importante que antes logres crear un ambiente de trabajo seguro y que establezcas unos objetivos claros, así como las herramientas y recursos más apropiados para la actividad.
En la siguiente tabla te aclaramos las diferencias entre ambos aprendizajes:
Aprendizaje colaborativo | Aprendizaje cooperativo | |
Niveles educativos | Educación Superior | Educación Primaria y Secundaria |
Rol docente | Facilitador. Fomenta la resolución de problemas y el pensamiento crítico, alienta al alumnado a que sea más independiente en su aprendizaje | Observador. Propone, reparte y supervisa las tareas |
Liderazgo y responsabilidades | Docente y alumnado comparten el liderazgo y las responsabilidades | El liderazgo se centra en el/la docente, y comparte las responsabilidades con el alumnado |
Metas | Es más importante el proceso de aprendizaje que el resultado de la tarea | Se focaliza más en el resultado y la consecución del objetivo de la tarea |
Aprendizaje emocional
Aprender habilidades y conocimientos para reconocer, comprender y gestionar las emociones propias y ajenas. Es fundamental para el desarrollo social y emocional, y puede tener un impacto significativo en el bienestar emocional y éxito vital. Se adquieren habilidades de conciencia emocional, regulación, empatía y gestión de relaciones interpersonales.
Este aprendizaje se puede fomentar mediante el modelado, la enseñanza directa, la puesta en práctica o dando feedback.
Aprendizaje experiencial (o basado en experiencias)
Se basa en la idea de que se aprende mejor a través de la experiencia directa y la reflexión crítica, centrándose en la participación activa del alumnado en situaciones de aprendizaje en las que pueden experimentar y aplicar conceptos y habilidades en un contexto real.
Se busca que el alumnado desarrolle su pensamiento crítico, resolución de problemas y toma de decisiones mediante la aplicación de los contenidos curriculares.
Para este tipo de aprendizaje se puede recurrir a las prácticas en el lugar de trabajo, los juegos de simulación, proyectos de servicio comunitario y las excursiones educativas.
Es recomendable incluir un componente reflexivo, como la discusión en grupo, la escritura reflexiva o la realización de actividades de autoevaluación. Esta reflexión permite conectar la experiencia vivida con los conocimientos previos, así como a identificar aquellos aspectos en los que puedan mejorar.
Aprendizaje implícito
Se trata de la adquisición de conocimientos de manera no consciente, a través de la experiencia y la repetición. Se produce sin esfuerzo consciente, y puede ser influenciado por factores como las expectativas o las emociones, el feedback o las recompensas obtenidas.
Es importante entender que se pueden dar limitaciones y sesgos debido a su naturaleza no consciente, ya que se pueden interiorizar aprendizajes sin haber reflexionado sobre ellos.
Aprendizaje explícito
Aprendizaje consciente y deliberado a través de la instrucción y la enseñanza, basado en la capacidad para procesar la información y aplicarla de manera intencional y consciente.
Puede ser de dos tipos: aprendizaje verbal y no verbal. El primero se refiere a la adquisición del conocimiento a través del lenguaje (lectura, escritura, escucha), mientras que el aprendizaje no verbal implica aprender a través de la observación y la práctica.
Este tipo de aprendizaje se puede fomentar a través de la enseñanza tradicional (también llamada lección magistral), la tutoría personalizada, la capacitación en el lugar de trabajo y la formación online. Siempre se pretende proporcionar una instrucción explícita, preferiblemente acompañada de feedback para orientar el aprendizaje, y de autoevaluación para que el alumnado entienda su propio aprendizaje.
Aprendizaje memorístico
Memorización de información a partir de repetirla, sin comprensión ni aplicación del conocimiento. Como consecuencia, es un aprendizaje propenso a causar errores y olvidos a largo plazo.
Aún así, no deja de ser una parte importante del aprendizaje, que debe complementarse con la comprensión y aplicación efectiva del conocimiento.
Aprendizaje observacional
También conocido como aprendizaje vicario o social, se trata de aprender al observar comportamientos, habilidades y conductas de otras personas. Esta observación puede ser directa, observando en persona, o indirecta, por ejemplo a través de medios de comunicación o libros.
Puede ser especialmente efectivo cuando el modelo (la persona de la cual se aprende) es percibido de manera positiva. También puede estar influenciado por factores como el género, edad y/o cultura (mayor aprendizaje ante modelos con perfiles similares al alumnado).
Aprendizaje por descubrimiento
Consiste en permitir que el alumnado construya su propio conocimiento a través de la exploración, resolución de problemas, pensamiento crítico y el descubrimiento de conceptos y principios. Este aprendizaje se basa en la teoría constructivista, según la cual el aprendizaje es un proceso activo que se construye a partir de la experiencia previa de cada persona y su relación con el entorno.
Es muy útil para que el alumnado comprenda profundamente los contenidos, favoreciendo que los retengan a largo plazo. Además, permite estimular el pensamiento crítico, la creatividad y la resolución de problemas.
A pesar de sus ventajas, debes tener en cuenta que no es válido para todos los estudiantes o temas de estudio. Cada estudiante es diferente del resto, y habrá personas que necesiten una guía más estructurada en algunos temas.
Aprendizaje receptivo
El alumnado es un receptor pasivo del conocimiento, simplemente lo asimila.
Este enfoque es adecuado para una transmisión de información directa y específica, pero es más eficaz si se le da la oportunidad al alumnado de poner en práctica el conocimiento adquirido.
Es adecuado para determinada información y contextos de aprendizaje, pero ten en cuenta que no es adecuado para todo el alumnado.
Aprendizaje significativo
De todos los tipos de aprendizaje, este es uno de los más efectivos. Este enfoque permite construir conexiones entre los conocimientos nuevos y los previos, dándole un significado a la nueva información. Esta comprensión profunda y duradera se alcanza a través del pensamiento crítico, la reflexión y la aplicación práctica de los conocimientos nuevos.
Para lograr este aprendizaje, es importante lograr que el alumnado perciba la información como relevante y organizada. Además, deben procesarla de manera activa y recibir feedback.
Aprendizaje basado en problemas (ABP)
El alumnado trabaja en grupos para resolver problemas reales, empleando el conocimiento previo y la investigación para identificar y analizar soluciones.
Es un método adecuado para mejorar el pensamiento crítico, la creatividad y la resolución de problemas, además de la motivación y compromiso con el aprendizaje.
Estos son los catorce tipos de aprendizaje que existen. Saber cuáles son sus características te ayudará a entender más a tu alumnado y poder ofrecer una formación se que adecúe a sus necesidades. ¿Tienes algún tip? Déjalo en comentarios.