Qué es el burnout y cómo puede afectar a tu trabajo como formador/a
Autor
WeKAb
Publicado el: 2-May-25
¿Sientes agotamiento en todos los aspectos de tu vida? Puede que estés experimentando burnout y no lo sepas. En este artículo te ayudaremos a identificarlo para que puedas ponerle remedio lo antes posible.
¿Qué es el burnout?
El burnout es un estado de agotamiento emocional y mental que se produce debido a la sobrecarga de trabajo y a la falta de recursos para afrontar las exigencias laborales.
Este fenómeno le puede pasar a cualquier persona, así que no es raro que también te ocurra como docente de formación profesional para el empleo, teniendo en cuenta las dificultades a las que te puedes enfrentar al impartir las acciones formativas.
¿Cuáles son los síntomas del burnout?
Aquí te vamos a describir los síntomas de burnout para que sepas identificarlo y ponerle solución cuanto antes. No olvides que tu bienestar es mucho más importante.
Lo primero que debes saber es que el burnout puede presentarse de maneras distintas. Algunos de los síntomas pueden ser:
- Sensación constante de cansancio.
- Falta de motivación para realizar el trabajo.
- Menor rendimiento laboral.
- Actitud negativa hacia el trabajo o el alumnado.
- Mayor tendencia a faltar al puesto de trabajo.
¿Qué factores contribuyen al burnout?
Pero, ¿cuáles son los factores que pueden contribuir a que se desarrolle el burnout? Pues entre estos se encuentran:
- La falta de recursos personales y/o profesionales.
- Sobrecarga de trabajo.
- Falta de apoyo de los/as compañeros/as y/o superiores.
- Falta de reconocimiento por parte de la entiéndase para la cual trabajas.
- Condiciones laborales precarias.
- Inseguridad laboral.
Las medidas preventivas son la mejor manera de que no llegues a desarrollar burnout. Tales medidas pueden ser que se te proporcionen recursos adecuados, reducir la carga de trabajo, fomentar la colaboración entre el cuerpo docente, ofrecer apoyo emocional y psicológico, así como feedback y reconocimiento que te ayude a mantener la motivación y el compromiso con tu trabajo.
Si piensas que ya estás experimentando burnout, significa que deberías tomarte un respiro. Esto no significa que tengas que dejar de trabajar, pero intenta reducir tus cargas si es posible y, si no puedes, intenta al menos buscar momentos en tu día a día para ti. Haz ejercicio, medita, realiza alguna actividad o desarrolla alguna afición… simplemente reserva un momento en tu calendario para hacer algo que te despeje la cabeza.
Recuerda que si la situación no mejora, debes acudir a un profesional para que te ayude a gestionarlo antes de que la situación vaya a peor.
