Cómo mejorar el rendimiento de tu alumnado

Autor

WeKAb

Publicado el: 25-Abr-25

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Como docente de formación profesional para el empleo, uno de tus objetivos es asegurar que tu alumnado salga correctamente preparado para enfrentarse a los desafíos del mundo laboral.

Una manera de lograr esto, es potenciar su rendimiento durante el proceso de enseñanza-aprendizaje, ya que prestará una mayor atención e interés por los contenidos, logrando un aprendizaje más duradero en el tiempo.

Para mejorar el rendimiento de tu alumnado, desde WeKAb te recomendamos emplear las siguientes estrategias.

Establece metas claras y alcanzables

Lo mejor para que realicen adecuadamente una tarea o un aprendizaje es que éstos sean fáciles de comprender y de conseguir. De nada sirve tener metas ambiciosas si tu alumnado no entiende qué se pretende lograr, o se siente abrumado por la carga de trabajo.

Desde WeKAb te recomendamos que, a lo largo del proyecto o aprendizaje, recuerdes en diferentes momentos cuál es el objetivo que se pretende alcanzar y cuáles son los pasos a seguir para lograrlo. De esta manera facilitas que tu alumnado tenga presente el objetivo final, además de que integre el contenido y lo relacione con sus conocimientos, consiguiendo así un aprendizaje significativo y duradero.

Proporciona feedback frecuente y constructivo

El feedback permite que el alumnado conozca el punto de desempeño o aprendizaje en el que se encuentra, y cómo debe proseguir. ¿Puede continuar con el rumbo que tenía hasta ahora? ¿Debe modificar algo?

Además de estas cuestiones, te recomendamos que facilites a tu alumnado una rúbrica de evaluación desde el inicio de la actividad o aprendizaje. Mediante este instrumento se podrá facilitar y optimizar el desarrollo de las actividades, reduciendo los errores y encaminando mejor su aprendizaje.

Diseña actividades de aprendizaje variadas

La mejor manera de mantener la atención y motivación es ir cambiando las actividades del aula e incluir aquellas que sean más activas, que susciten el interés del alumnado.  

Dependiendo del contenido curricular, puedes entremezclar los ejercicios prácticos, juegos de rol o gamificación, así como discusiones grupales.

Utiliza tecnología y recursos multimedia

El uso de la tecnología, como son los vídeos o las presentaciones interactivas, fomenta la atención del alumnado, consiguiendo así potenciar su aprendizaje. 

Es importante, aun así, que se complemente con otras técnicas y métodos de enseñanza-aprendizaje. De esta manera, su efecto sobre el aprendizaje será mayor.

Fomenta la colaboración y el trabajo en equipo

Es más probable que tu alumnado aprenda más de su interacción con sus iguales, es decir, compañeras y compañeros de clase. Debido a esto, es muy importante que desde el inicio de la acción formativa se fomente su colaboración y trabajo en equipo. 

Querer un ambiente competitivo puede acabar siendo improductivo si es algo mantenido en el tiempo. Sin embargo, es bueno para exprimir el potencial de tu grupo-aula en momentos puntuales.

Genera un entorno de aprendizaje positivo y acogedor

Los recuerdos son coherentes con el estado de ánimo, de manera que un ambiente relajado permitirá que nuestro alumnado pueda tener emociones positivas que le faciliten la interiorización de los contenidos que estamos impartiendo. 

Además, un ambiente respetuoso y seguro permite que el alumnado se sienta cómodo compartiendo sus ideas y resolviendo dudas, por lo que permitirá que avancen con mayor rapidez en su aprendizaje.

Establece horarios de estudio y de descanso

El descanso es casi más importante que el tiempo de trabajo, pues si no tenemos momentos de desconexión, nuestro cerebro no podrá rendir de la misma manera, ni asimilar tan bien el conocimiento que estamos trabajando.

Por descanso nos referimos tanto a esos pequeños momentos de relax durante las sesiones de aprendizaje, como a las horas de sueño y tiempo libre. Una mente relajada y descansada interioriza mucho mejor el aprendizaje.

Mejorar el rendimiento del alumnado no depende únicamente de su esfuerzo individual, sino también de la manera en que planificamos, estructuramos y acompañamos el proceso de aprendizaje. Como formador o formadora, tienes un papel clave en crear entornos que motiven, apoyen y potencien el desarrollo de competencias. Aplicar estrategias como establecer objetivos claros, diversificar las actividades, ofrecer retroalimentación útil y fomentar el bienestar emocional marcará una gran diferencia. Desde WeKAb te animamos a poner en práctica estos consejos y seguir innovando en tus formaciones, porque cuando el alumnado rinde mejor, el aprendizaje se convierte en una experiencia transformadora.

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