Claves de la nueva Ley de FP para los formadores de hoy
Ana Gallardo y Juan Diego Pereiro Areán nos sumergen en una enriquecedora discusión sobre la reforma de la formación profesional (FP) en España y su crucial adaptación al mercado laboral actual.
En este artículo, se resume el capítulo 24 del Podcast «Learning Advisors”, así que si se te hace poco, podrás escucharlo en tu plataforma de podcast favorita o verlo en Youtube.
¿Quién es Ana Gallardo?
Docente, consultora y mentora en procesos de innovación. Adalid de la Calidad y los Sistemas de Gestión. Millenial nacida antes de tiempo, loca por la tecnología, la formación y la gente… Convencida de que en la Transformación Digital en marcha están las soluciones para los grandes retos de la humanidad, si sabemos entender que el centro del cambio somos las personas. Entusiasta de la tecnología (como conocimiento) pero sabiendo que en la zona de confort de nuestros abuelos también hay mucho útil que recuperar. Utiliza su experiencia y sus ganas de aprender para ayudar a otros a subirse/mantenerse en este carro imparable y no morir en el intento. Madre de dos millenials a los que agradece que a veces aminoren la velocidad para hablar con su madre de todas estas cosas… Actualmente también es Responsable de Comunicación en EDUCAM (Asociación Profesional del ámbito de la formación para el empleo de Canarias).
¿Por qué hay una nueva ley de Formación Profesional?
La Ley de Formación Profesional anterior es del año 2002 y en ella se planteaban retos que, aunque se podían vislumbrar no se veían con la misma intensidad con la que se ven ahora (transformación digital, transformación ecosocial…).
La situación demográfica ha cambiado mucho, ya que el número de personas que va a acceder estos años al mercado laboral es mucho menor que hace 22 años. Por ello, es muy importante que estas personas que se van a incorporar a la vida laboral lo hagan adaptándose perfectamente a lo que demanda el mercado.
Además, esta nueva ley tiene en cuenta una realidad en la que el nivel de desempleo es bastante significativo y las empresas no encuentran el talento que necesitan. Por eso, se propone un nuevo modelo en el que la gente no estudia Formación Profesional a los 17/18 años y ya se queda en eso, sino que se busca un concepto de formación a lo largo de la vida que te permita hacer cambios significativos a lo largo de tu vida laboral.
El reconocimiento de la experiencia en la FP
El reconocimiento de experiencia y competencias profesionales ya se daba en la antigua ley de Formación Profesional, pero era limitado y marginal. La nueva ley lo contempla como un elemento fundamental de la capacitación de los profesionales y obliga a que este reconocimiento de competencias esté abierto de forma permanente para que se pueda solicitar en cualquier momento.
La dualidad de la Formación Profesional
Uno de los aspectos clave de esta nueva ley de Formación Profesional es la dualidad de la enseñanza, es decir, el complementar la enseñanza en el aula con la enseñanza práctica en la empresa. Con esto se busca mejorar el aprendizaje a lo largo de la vida e involucrar a las empresas en la formación de las personas trabajadoras.
Así, la nueva ley recoge que, obligatoriamente, un mínimo del 25% de la formación que va a recibir alguien que se está formando a través de la formación profesional será a través de la empresa. Además, la ley contempla que esta formación en empresa se pueda hacer de carácter intensivo y sea superior al 35%.
¿Cómo se materializa esta ley?
A la hora de materializar esta nueva ley, el cambio más significativo es la fusión de todos los subsistemas de Formación Profesional en uno solo. Antes había una formación profesional reglada (la de los institutos y los centros de formación profesional) y la Formación Profesional para el Empleo (la formación de las personas trabajadoras y desempleadas en el entorno laboral).
Así, queda un solo sistema que comparte mismas cualificaciones, mismas familias profesionales, mismos módulos formativos y por lo tanto, permite que se generen itinerarios transversales.
Los títulos de formación profesional se materializan en grados (A,B,C,D y E). Los Grados C son los antiguos certificados de profesionalidad, los grados D son los antiguos grados de Formación Profesional, y los grados A, B y E son nuevos. Estos nuevos grados están perfectamente relacionados con los que ya existen, por lo tanto se van a poder certificar competencias básicas e ir añadiendo la acumulación de competencias.
¿Qué cambios para los formadores trae la nueva ley de FP?
En el mundo de la Formación Profesional hay perfiles formadores de todo tipo. Los docentes que prestan su formación en centros de formación reglada, que tienen perfiles similares a los de cualquier docente del sistema educativo, van a tener que adaptarse a una nueva situación y una nueva forma de enseñar a través de competencias.
En los docentes de Formación Profesional para el empleo, la adaptación es más fácil porque aquí se estaba ya trabajando por competencias. Por lo que en el tema de los grados C habrá pocos cambios.
Ha habido mucho revuelo en la carrera docente porque lo que sí pretende esta ley es una capilaridad entre los centros. Es decir, todos los centros que ahora imparten algún tipo de formación profesional podrán, a partir de ahora, impartir todos los tipos de formación profesional, así que lo que hace la ley es decir qué tienen que cumplir estos centros y, como consecuencia, la ley también dice qué requisitos deben cumplir los docentes para poder impartir estos nuevos grados.
Pero la ley es consciente de que no se puede formar a un docente de la noche a la mañana, por lo que plantea que los docentes también tienen la opción de formarse y deben tener la opción de recualificación. Además, se crean nuevas figuras docentes como el docente experto, el experto de empresa, el especialista…
Los actuales docentes de grado C, de Certificados de Profesionalidad, deberían poder pasar a dar directamente los grados A, B y C. Los profesionales que imparten actualmente los grados de Formación Profesional podrán impartir a partir de ahora todos los grados de la A a la E.
El cuerpo que sí cambia es el de profesor técnico de la Formación Profesional, que no eran titulados superiores, eran personas con formación profesional. Y es un cuerpo que se va a extinguir por la última ley educativa, conocida como LOMLOE. Un cuerpo a extinguir significa que cuando se jubilen todos los que forman parte de él va a desaparecer, o sea que nadie puede ser un nuevo técnico de formación profesional, pero no significa que vayan a echar a los actuales técnicos de formación profesional.
Nuevas figuras que presenta la nueva ley de Formación Profesional
En la parte de la formación dual aparecen dos nuevas figuras:
- El tutor del centro de formación.
- El tutor de la empresa.
Las funciones de estos nuevos tutores son acompañar al alumnado durante todo el proceso formativo. Estas dos figuras deberán plantear el desarrollo de formación de cada persona en la empresa y en la clase, así el centro formativo y el de trabajo deben coordinarse para que al alumno o alumna no le falten los conocimientos que debería tener cuando llega a la empresa ni que se repitan o contradigan conceptos entre los dos centros.
Estos tutores deberán tener conocimientos de docencia y orientación, además en esta nueva ley se exige que tengan conocimiento de la estructura de la formación que va a recibir la persona en el centro de trabajo.
En conclusión, la formación profesional está en un punto de inflexión. Abarcar todos los ángulos, desde el encaje entre formación y mercado laboral, hasta el reconocimiento amplio de competencias adquiridas de manera formal e informal, será clave para un futuro prometedor.