Consejos para formadores: protege tu vista

En la era digital, pasamos muchas horas frente a pantallas, ya sea trabajando, estudiando o entreteniéndonos. Sin embargo, este uso prolongado de dispositivos electrónicos nos expone constantemente a la luz azul, un tipo de luz que puede influir en nuestro bienestar. Aunque es un elemento natural en nuestro entorno y juega un papel clave en nuestros ritmos biológicos, una sobreexposición puede generar problemas de salud como fatiga ocular, dolores de cabeza y alteraciones del sueño. En este artículo, exploraremos los efectos de la luz azul y te daremos algunas estrategias para reducir su impacto, tanto en ti como en tu alumnado.
Luz azul
Probablemente hayas oído hablar sobre la luz azul. Se trata de un tipo de luz presente en las pantallas de los dispositivos electrónicos que utilizamos a diario, como son los ordenadores, los móviles y las tablets.
Es producida por el sol, por lo que forma parte natural de nuestro ritmo circadiano, un proceso biológico que regula algunas de nuestras funciones fisiológicas como son el hambre, la temperatura corporal o la regulación hormonal. También influye en que se mantenga el estado de vigilia, que se intercala con el estado de sueño.
Por ello, a pesar de que lo necesitemos de manera natural, una exposición excesiva puede tener efectos negativos en nuestra salud, ya que puede generar fatiga y/o sequedad ocular, además de visión borrosa y dolores de cabeza.
Otro de los efectos que puede tener es alterar el sueño. Nuestro cerebro está programado para asociar la luz azul que emite el sol para ponernos en marcha. Exponernos a la luz azul por la noche puede alterar la producción de melatonina, la hormona que regula el sueño. Como consecuencia, perturba el ritmo circadiano del cuerpo y afecta a la calidad del sueño.
¿Qué puedo hacer para que la luz azul no me afecte tanto a mí o a mi alumnado?
En WeKab somos muy conscientes de la importancia de tu salud y bienestar. Y ya que la tecnología se encuentra en nuestro día a día, queremos facilitarte una serie de acciones que pueden reducir el impacto de la luz azul en tu salud:
- Reducir la exposición a la luz azul. Limitar el tiempo que tú o tu alumnado pasáis frente a las pantallas, especialmente antes de ir a dormir.
- Ajustar la configuración de la pantalla. Puedes configurar el brillo y la temperatura del color de la pantalla de tus dispositivos electrónicos, logrando una configuración más cálida. También puedes usar el modo nocturno o descargar alguna aplicación que regule el filtro azul, como es el caso de f.lux.
- Utilizar gafas con filtro de luz azul. Estas lentes están hechas específicamente para reducir la cantidad de luz azul, especialmente durante un uso prolongado de dispositivos electrónicos.
- Realizar pausas regulares. Debéis tomar descansos cada cierto tiempo (preferiblemente cada hora de trabajo), y aprovecharlos para realizar ejercicios oculares que reduzcan la fatiga.
- Tener un estilo de vida saludable. Mantener una dieta equilibrada, ejercicio regular y un sueño adecuado pueden mejorar la salud ocular.
Si bien la luz azul es un elemento natural y necesario para nuestro organismo, su uso descontrolado a través de dispositivos electrónicos puede afectar nuestra salud y bienestar. Implementar pequeñas acciones, como reducir la exposición a pantallas antes de dormir, ajustar la configuración de los dispositivos o realizar pausas regulares, puede marcar una gran diferencia en la calidad del sueño y la salud ocular. Como formadores, es importante ser conscientes de estos efectos y promover hábitos saludables en el aula para garantizar un entorno de aprendizaje más equilibrado y sostenible. Cuidar de nuestra salud digital es clave para un mejor rendimiento y bienestar a largo plazo.