La competición como fórmula de aprendizaje, ¿funciona?, con Guillermo García

Autor

WeKAb

Publicado el: 16-Ago-24

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En este artículo hablamos sobre cómo la competición puede ser una herramienta poderosa para el aprendizaje. A continuación, profundizamos en los temas fundamentales discutidos y los puntos clave que Guillermo compartió con nosotros en el capítulo 17 de Learnign Advisors.

Recuerda que si este resumen se te hace poco podrás escuchar el capítulo completo en tu plataforma de podcast favorita o verlo en Youtube.

¿Quién es Guillermo García Cubero?

Guillermo, es empresario y licenciado en Informática y Administración de Empresas por la Universidad Carlos III de Madrid. Emprendedor en serie con una trayectoria de más de 10 años, durante los cuales ha lanzado varios proyectos exitosos junto a su equipo. Su enfoque en el largo plazo y su pasión por trabajar en proyectos que tienen un impacto significativo, especialmente en el mundo de la formación, son características que lo definen.

Desde hace 8 años, es CEO en Alumne, una empresa especializada en tecnología y creación de contenidos formativos. Su objetivo principal es transformar la forma en que aprendemos a través de Internet. Alumne, también conocida como The Knowledge Company, ofrece soluciones globales y de valor añadido para empresas e instituciones. Guillermo es también un reconocido profesor en diversas instituciones académicas, como la Universidad Carlos III de Madrid, la Universidad Rey Juan Carlos y la Universidad Francisco de Vitoria.

La formación y el aprendizaje a través de competiciones y retos online forman parte de sus últimos proyectos y este será el tema que trataremos con más detalle en este capítulo.

La naturaleza de la competición y su aplicación en el aprendizaje

La competición ha sido una parte integral de la naturaleza humana. Al enfocarse en esta motivación natural, Guillermo y su equipo han desarrollado un producto innovador llamado Challenge. Este producto permite a los participantes demostrar sus conocimientos y conectarse con sus compañeros a través de una serie de retos y preguntas. La finalidad es ganar la competición, pero el verdadero logro está en la adquisición de nuevos conocimientos a lo largo del proceso. Dentro de su plataforma tecnológica, los participantes abordan temas específicos y compiten para obtener el mejor resultado.

Comparando la competición con los métodos tradicionales de aprendizaje en línea, Guillermo menciona que han observado hasta un 60% de mejores resultados mediante la competencia. Esta afirmación destaca la importancia de adaptar la motivación y la dinámica de la competición al proceso educativo, mostrando claramente los beneficios potenciales de este método.

La versatilidad de la competición en diferentes temáticas y formatos

Una de las fuerzas notables de la competición como herramienta de aprendizaje es su versatilidad. Guillermo señala que la dinámica de Challenge se puede aplicar a una variedad de contextos, desde cursos en línea y presenciales hasta charlas y eventos. Esta flexibilidad permite dinamizar comunidades de usuarios en torno a un tema específico, facilitando el intercambio de conocimientos y la identificación de lagunas en áreas como la diversidad.

Aunque reconoce que la competición es más efectiva en temas teóricos, Guillermo argumenta que también puede aplicarse a temas prácticos. La clave es no poner limitaciones a las temáticas, permitiendo que la metodología sea adaptada de acuerdo a las necesidades de los usuarios. Además, compartió una anécdota en la que aplicaron esta dinámica en temas de marketing, logrando captar potenciales clientes y leads, lo que demuestra el amplio espectro de aplicaciones de la competición.

Retos y soluciones en la implementación de la competición

A pesar de los beneficios, existen desafíos en la implementación de la competición. Uno de los problemas identificados por Guillermo es la desmotivación que pueden experimentar los participantes que quedan atrás en competiciones de larga duración. Para abordar esto, encontraron que una duración de dos semanas era ideal y optaron por excluir los fines de semana de los retos, preservando así el equilibrio entre la vida laboral y familiar.

Guillermo enfatiza la importancia de buscar fórmulas para reenganchar a los participantes retrasados, ofreciendo bonificaciones de puntos y otras estrategias motivacionales. Este enfoque es vital para asegurar una competición justa e inclusiva. Además, han diseñado desafíos asíncronos para que los participantes puedan participar sin la necesidad de estar conectados simultáneamente. Están explorando maneras de evitar que el factor tiempo actúe como una barrera para personas con discapacidades funcionales, garantizando una experiencia más accesible y equitativa.

En conclusión, la conversación con Guillermo García Cubero resalta que la competición puede ser una herramienta efectiva y versátil para el aprendizaje. A través de la tecnología y la inteligencia artificial, es posible crear experiencias educativas que motiven a los participantes, mejoren los resultados y fomenten un aprendizaje dinámico y accesible para todos. Al adaptar la competición a una variedad de contextos y asegurarse de que sea inclusiva y justa, podemos transformar el panorama educativo y aprovechar al máximo nuestras capacidades innatas para competir y aprender.

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